La luna llena, con su brillo deslumbrante y su presencia majestuosa, ha sido objeto de fascinación y reverencia desde el comienzo de los tiempos. Las culturas antiguas veían en ella un poderoso símbolo de plenitud y culminación, un momento de alta energía y potencial. ¿Pero verdaderamente nos afecta la luna llena? Pese a que la ciencia no respalda esta teoría, la respuesta es un resonante sí.
En la esencia de nuestras vidas, más allá de la ciencia y la lógica, existe un espacio mágico y misterioso donde la luna llena teje su influencia. Este es un reino que habita en la intersección de lo tangible y lo intangible, donde nuestros sentimientos y emociones se encuentran con los ciclos naturales del universo.
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Cuando la luna alcanza su fase llena, se encuentra en su punto más brillante y poderoso. Su luz intensa ilumina la oscuridad, tanto literal como metafóricamente. En este momento, nuestros sentimientos y emociones pueden ser amplificados. Es como si la luna llena fuera un espejo que refleja nuestras verdades internas, iluminando las sombras de nuestro ser que a veces preferimos ignorar.
Cuando la luna alcanza su fase llena, se encuentra en su punto más brillante y poderoso. Su luz intensa ilumina la oscuridad, tanto literal como metafóricamente. En este momento, nuestros sentimientos y emociones pueden ser amplificados. Es como si la luna llena fuera un espejo que refleja nuestras verdades internas, iluminando las sombras de nuestro ser que a veces preferimos ignorar.
Esta fase lunar es un momento para la reflexión profunda, la liberación y la manifestación. Es una oportunidad para mirar dentro de nosotros mismos, reconocer y liberar lo que ya no nos sirve. Simultáneamente, es un tiempo para establecer nuevas intenciones, para sembrar las semillas de nuestros sueños y deseos que queremos ver florecer en el próximo ciclo lunar.
La luna llena también puede ser un catalizador para la transformación y el cambio. Al igual que la marea alta que llega con la luna llena, podemos sentir un aumento de la energía y la motivación para hacer cambios en nuestras vidas. Esta puede ser una época de gran creatividad y productividad, cuando las ideas fluyen y los proyectos avanzan.
En resumen, la luna llena nos afecta al servir como un espejo brillante de nuestras emociones y deseos más profundos. Nos invita a la introspección y a la transformación, ofreciéndonos la oportunidad de crecer y evolucionar con cada ciclo lunar. Así que la próxima vez que mires al cielo en una noche de luna llena, recuerda su poder y su influencia. Toma un momento para reflexionar, liberar y manifestar. Entendiendo que la luna tiene fases, y que cada fase nos influencia de maneras diferentes debemos comprender que lo mismo nos pasa a nosotros como personas. Tenemos fases y la meta de todo ser humano debe ser alcanzar ese equilibrio que hay entre el sol y la luna, ese baile interminable en perfecta sincronía.
Quiero darte las gracias por leerme y darme la oportunidad de aportar luz a personas que lo necesitan en algún momento determinado. Y te deseo de todo corazón que encuentres ese balance y el poder para integrar tus sombras, porque somos humanos, tenemos sombras y rincones oscuros.
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