La mano de Fátima


Si llegaste hasta aquí quiere decir que has comprendido que en el mundo hay cosas inexplicables, cosas místicas, esotéricas, milagrosas o como se te haga más digerible el llamarlo. Significa que algo ha tocado las puertas de tu vida y el momento ha llegado.

Para ser honesta yo también llegué a conocer la mano de Fátima atravesando momentos de mucha oscuridad, momentos donde las tinieblas se hacían más fuertes a mi alrededor y el miedo me consumía por momentos. Somos seres humanos y solemos huir ante lo que no entendemos o sucumbir ante aquellos seres que están al acecho esperando el momento preciso para sacar punta a cada una de nuestras debilidades. Quiero decirte que si has llegado hasta aquí es momento de dejar en claro que allá afuera hay un mundo entero de cosas que no conocemos y que no por eso son menos reales.

¿Cuántos no hemos experimentado cosas que no tienen una explicación lógica? ¿Cuántos no hemos sentido un miedo que nos asfixia la voz hasta el punto de dejarnos paralizados? ¿Cuántos no hemos sentido que no estamos solos aun cuando en casa no había nadie más?

La fe proviene de muchos de esos momentos, donde no puedes hablarle a otra persona porque sabes que no lo va a entender y lo que sentimos llega a rayar hasta en la locura. Y es justo en esos momentos donde ciertas cosas comienzan a tener sentido y las oraciones de pequeño ya no suenan tan descabelladas, las estampitas de los santos que tenemos guardadas empiezan a contener palabras que dan calma… entendemos que cierta música puede hacer cambiar totalmente un espacio o que el incienso puede darnos tranquilidad. Si eres de los que entiende mi mensaje, pues deseo compartirte algo muy especial. Me topé con una oración y fue como magia, que cada palabra me trasmitiera calidez y armonía.


La mano de Fátima es considerada como un amuleto para detener las malas energías, envidia, mal de ojo, entre otras cosas.


Como siempre digo somos seres espirituales viviendo una experiencia terrenal que requerimos en la mayoría de los casos, un despertar espiritual que aunque se ha romantizado mucho dicha idea, la verdad es que es un proceso de caos, de desintoxicación, de vaciar el alma, de dejar ir lo que no nos pertenece. Es un proceso de encontrarse y encontrar nuestro verdadero lugar o es lo que ha significado para mí. Cada proceso es único, no hay dos experiencias iguales, y es difícil saber qué cosas te van a suceder a ti con todo tu cúmulo de experiencias, tristezas, heridas, años de levantar murallas para protegerte de que te puedan hacer daño, una vida entera de aprendizaje, de caídas, de madurez… pero no pretendo ser el spoiler de la película. Cada uno vivirá su proceso, a su tiempo y a su ritmo, solo deseo de todo corazón que no tengas porqué pasarlo solo/a.

Si la situación que enfrentas te supera, me gustaría invitarte a que tengas una sesión de tarot conmigo y me dejes ver qué es eso que te impide seguir con tu camino. Si por el contrario necesitas desahogarte y hablar sobre lo que te está sucediendo, te invito a un proceso de sesiones terapéuticas donde poder ayudarte desde una perspectiva diferente y quizás no tan convencional.

Deseo que tu corazón encuentre aquello que busca y sueña, no lo que crees que quieres, no lo que necesitas, sino lo que siempre has soñado y no te atreves a verbalizar. Y si no te sientes con la suficiente confianza para adentrarte en este mundo conmigo, la mano de Fátima no habla y con esto me despido por esta noche.

“No permitas que la tristeza llegue a este corazón. Que ningún problema venga a estos brazos, Que ningún conflicto llegue a estos ojos, Que mi alma se llene de la bendición del gozo y la paz”.

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