El vínculo con la figura materna, independientemente de su naturaleza, puede tener un impacto significativo en nuestras vidas. Hoy quiero hablarte de la figura materna y el porqué es tan importante sanar la relación con la madre. Antes que nada, necesito aclarar que de la figura de madres es de donde viene nuestra base, de cómo vamos a relacionarnos con el resto del mundo, es cierto que muchas otras figuras van a dejar su aporte en el entramado de colores en la vida del niño. Porque este artículo es sobre el niño, esa figura que todos tenemos dentro, esa que es capaz de medir la energía y el entusiasmo en nuestra adultez.
Ya hemos hablado un poco antes de la sanación a nivel personal, pero ya saben de sobra que siempre estoy hablando de un equilibrio y balance emocional como meta cada vez que alguien llega a terapia o incluso en sesiones de tarot. Realmente creo que todo ser humano debe buscar su propio balance en todas las áreas de su vida, de esa forma sabremos si estamos a nuestra máxima capacidad o no. Y he visto pasar personas que han mejorado sus vidas notoriamente cuando se dedican a trabajar en sí mismas. Cuando entienden que así como dedicamos tanto tiempo por ejemplo al trabajo, a la familia, también es justo y necesario dedicar tiempo a nosotros mismos, porque si yo no estoy bien, entonces difícilmente voy a poder ayudar a otro a estar bien. Y de ahí partimos que para dar lo mejor de mí como individuo en todas mis áreas debo estar en balance, y eso abre paso a una mejor versión de cada uno.
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A nivel psicológico todos tenemos la figura del niño donde albergan partes fundamentales de nuestro comportamiento en la adultez, como por ejemplo las primeras caras de nuestro concepto de lo que es el amor. Este viene de la figura materna porque es la primera persona en amarnos. Y si ese primer amor no ha sido sano… o ha estado rodeado de vacios…
Y es que desde la posición del niño casi nunca se entiende el porqué nuestras madres actúan como actúan. Y es normal, el tener esa comprensión no es trabajo del niño, es trabajo del ahora adulto que sí tiene la capacidad de mirar hacia atrás y poner las cosas en su justo lugar, aquí es necesaria la comprensión hacia la figura materna y le llamo figura materna porque no siempre es la madre quien asume este rol.
Para yo pararme ahora como adulto y poder mirar cómo fue mi modelo de amor, mi primer acercamiento con el mundo, mi primera vez buscando aprobación y la fuente de mi autoconfianza o por el contrario extrema vulnerabilidad; necesito hacerlo desde la comprensión. Lo primero en el proceso de sanación emocional es la comprensión. Aceptar que esa figura materna, nuestras madres, como todas las personas, son seres humanos con fortalezas, debilidades, experiencias de vida y batallas internas. Son estas experiencias y luchas las que a menudo dan forma a su comportamiento y afectan su capacidad para amar, cuidar y apoyar de la manera que nosotros necesitamos o esperamos. Esta es la primera parte, serán tres partes en total que quiero dejarles sobre sanación de la figura materna porque es un tema recurrente y de vital importancia a la hora de hacer terapia.
La Sanación es un Viaje, No un Destino
La sanación emocional de la figura materna es un viaje que requiere paciencia, fuerza y compasión. Cada paso que das en este camino, no importa cuán pequeño parezca, es una victoria. Recuerda, no estás solo en este viaje. Si quieres conversar, puedes agendar una sesión haciendo clic aquí. Suscríbete para que sepas cuando publico en mi blog.
Recuerda que cada historia es única, y este es un artículo generalizado. Si sientes que necesitas ayuda adicional, no dudes en contactarme o a un profesional de la salud mental. La sanación es posible, y tú mereces encontrarla.
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